Hay 3 tipos de personas en el mundo: los inamovibles, los movibles y los que se mueven.
Todo fluye sin más pero de la misma manera que los años pasan, también evolucionamos las persona pero los sistemas se quedan anclados y hay que soltarlos, moverlos, desatascarlos.
Estamos en el siglo XXI con la mentalidad del siglo pasado.
Hay nuevos paradigmas a los que también nos tenemos que adaptar nosotros y tener múltiples respuestas a cualquier situación.
Teniendo en cuenta los importantes cambios a todos los niveles que presenta la sociedad del siglo XXI, se hace necesaria una transformación de la educación, que prepare realmente a los alumnos y alumnas, de primaria, secundaria, bachillerato, ciclos formativos, para los desafíos que van a enfrentar en el futuro, potenciando al mismo tiempo su desarrollo personal. Eso significa dotarlos de técnicas que puedan utilizar durante toda la vida para aprender, comunicarse y comprenderse mejor.
Aprendan habilidades, descubran sus talentos, sus inteligencias predominantes, como potenciarlas, sean estrategas para planear su futuro. Todo ello pasa por la autoestima y la motivación tanto del alumnado como del profesorado.