miércoles, 21 de septiembre de 2011
9:43 | 
Publicado por
Unknown
Ayer tuve una reunión en casa. Mande un e-mail a varias amigas y al final nos juntamos treinta mujeres entorno a Rocío Palacios. Hablamos de la energía matrilineal, de la importancia de que las mujeres nos juntemos y dejemos de competir para pasar a cooperar.
He podido reflexionar lo que se habló y es asombroso como nos hemos masculinizado y estamos ocupando roles que no nos corresponden. El problema está cuando no entendemos bien esto y nos da por competir con el hombre y nos sentimos mal, porque nuestras energías y vibraciones pertenecen al Universo de la Feminidad, y entonces en vez de aprovecharlo lo desperdiciamos; mujeres independientes que podemos con todo, que incluso estando en lugares de poder y toma de decisiones, no hay prácticamente diferencia entre el trabajo del hombre y la mujer por esa masculinización.
Nosotras queremos muchas veces manejarnos en el mundo masculino, quizás para poder sentirnos más fuertes y poderosas, seguras de nosotras mismas, independientes y autosuficientes. Aunque el papel de la mujer no es el de depender de nosotras mismas cuando nos encontramos dentro de una relación, sino más bien el de ser apoyo del hombre y el del hombre ser apoyo de la mujer.
Dentro de nosotras mismas desde nuestro rol de madres, hijas, compañeras, amantes, esposas, profesionales de cualquier área, líderes políticas o sociales, podemos transformar lo que nos rodea desde el amor y la ternura, colaborando así, para la sanación del planeta.Rocío nos transportaba y nos hacía ver la importancia de enamorarnos de nostras mismas, de enraizarnos y experimentar una profunda serenidad y escuchar nuestra sabiduría interna.
Desde ahí podemos disfrutar de la profunda transformación a todos los niveles desarrollando nuestra capacidad para amar, sentir y sanar nuestro corazón.
Rescatemos el verdadero poder de lo femenino, seamos mujeres plenas, radiante, guiadas por nuestro corazón. Emanando un profundo respeto y reverencia por la vida.
Sabias, tomando nuestro sitio en el mundo con total serenidad, feminidad y dulzura.
“La mujer lunar dominante se transforma en mujer solar cuando ha reencontrado la hermandad con las otras mujeres, cuando sitúa su amor a la vida, a ella misma y a los demás por encima de su afán de poder y de su miedo a ser dominada. Su dimensión interior masculina se convierte en cada vez más amorosa y cada vez menos dominante. Ella organiza su vida sobre el modo de la cooperación y ya no sobre el de la competición. Deja vivir su creatividad en lo cotidiano con sentido del humor y felicidad. Desde ese momento accede a su irradiación interna.”
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La importancia del propósito....
....es que todo tome sentido
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